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Autor: Arnold Castro

Son diversas las áreas en las que trabaja JICA en Bolivia.

Desde hace 45 años, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) en Bolivia aporta con más de 200 proyectos enfocados en el desarrollo y la mejora de la infraestructura de transporte, el fortalecimiento de la agricultura local y la promoción de prácticas sostenibles, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales y urbanas del departamento y del país.

Según la subdirectora de JICA Bolivia, Sachiko Komiyama, mediante tratados de cooperación técnica y financiera con el gobierno boliviano, esta Agencia, dependiente del gobierno japonés, ha trabajado con varios países de la región, entre ellos, Bolivia. En este país, las áreas que más se atienden son: salud, medio ambiente, agricultura, agua e infraestructura, educación y energía.

“JICA ha cooperado en más de 200 proyectos ejecutados, con más de $us 1.000 millones, desde su llegada a Bolivia“, precisó el director representante de JICA Bolivia, Keisuke Ito. La agencia nipona tiene mayor presencia en los departamentos de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, con más de 100 funcionarios trabajando en todo el país. Los proyectos más destacados,según Ito, han sido el Hospital Boliviano Japonés (Santa Cruz), Aeropuerto Viru Viru (Santa Cruz), Centro Piscícola Tiquina (La Paz) y la implementación del proyecto de seguimiento Agua es Salud y Vida, en el centro tecnológico ASVI JICA Oruro.

La agencia busca el desarrollo sostenible en el país, para mejorar la calidad de vida y el desarrollo de las comunidades y la población en general. “A través de la cooperación técnica y financiamiento, JICA contribuye al logro del objetivo de desarrollo sostenible. Lo que hemos logrado hasta ahora es producto de la flexibilidad que tienen los protocolos técnicos de JICA para adaptarse a las necesidades de los departamentos», indicó Komiyama.

Pero no todo es color de rosas. Pese al éxito de JICA en Bolivia, hay algunos problemas frecuentes a los que se enfrenta. Uno de ellos es la alta rotación de funcionarios públicos en Bolivia. “Cuando entra un nuevo gobierno o se cambia de ministro, se van funcionarios y entran nuevos. Hay que capacitarlos desde cero”, indicó Ito.

Una agencia de cooperación global

JICA se destaca como una de las agencias de cooperación más influyentes en el mundo. “Actualmente, JICA opera en más de 150 países y varias regiones. Promueve la cooperación internacional y el desarrollo sostenible a escala global. Trabaja en regiones como África, Asia, Centroamérica y Sudamérica. Promueve el desarrollo sostenible, trabajando con los gobiernos locales“, indicó Ito.

Protocolos entre JICA y Bolivia para iniciar un proyecto

“JICA recibe solicitudes de los países en el mes de agosto. Se hace un análisis durante seis meses para determinar cuáles serán los proyectos a ejecutar“, detalló Ito. El trabajo que desarrolla JICA en Bolivia es bilateral, es decir, en base a solicitudes del gobierno boliviano.

“El primer protocolo clave en la cooperación de JICA con Bolivia es la identificación de necesidades y prioridades. Esto implica un diálogo continuo con el gobierno boliviano, las autoridades locales y las comunidades a fin de entender los desafíos y determinar las áreas que requieren atención. Esta etapa sienta las bases para la planificación de proyectos futuros», destacó Komiyama.

Una vez que se han identificado las necesidades, JICA trabaja en estrecha colaboración con sus socios bolivianos en el diseño de planes, que deben incluir objetivos claros y medibles, estrategias de implementación y asignación de recursos financieros. La planificación cuidadosa es esencial para garantizar que los proyectos sean efectivos y eficientes. Es el segundo protocolo.

El tercer paso incluye la negociación y los acuerdos. Hasta aquí, la aprobación de un proyecto puede demorar entre tres meses y un año.

El cuarto momento consiste en la implementación del proyecto. Según Ito, en cada uno se invierte alrededor de $us 100.000. En caso de haber una segunda fase, se realiza el desembolso de más dinero.

La evaluación y el monitoreo no faltan. Constituyen el quinto paso. 

Los protocolos, según Ito, no son estáticos, sino que se adaptan a medida que evoluciona la cooperación. Incluyen disposiciones para la revisión y la adaptación en respuesta a cambios en el entorno o a nuevas necesidades. Esta flexibilidad es esencial para mantener la relevancia y la eficacia de los proyectos.

Pasos a seguir para la aprobación de un proyecto

https://youtu.be/tmXhtU68Wzk

“Bolivia tuvo un desarrollo y crecimiento, pero aún hay mucho por hacer, y JICA está dispuesto a ayudar a un país hermano». 

Keisuke Ito 

Representante residente de JICA Bolivia

Keisuke Ito es representante residente de JICA Bolivia desde julio de 2022. Antes de asumir el cargo, trabajó como director de la División de América Latina y el Caribe en el departamento de Planificación y Coordinación Regional de JICA en Tokio. Conoce bien Bolivia, pues hace veinte años llegó como voluntario de JICA en Santa Cruz y La Paz.

¿Cómo miden el éxito de un proyecto?

“Para medir el éxito de un proyecto, se hace una evaluación del mismo en función de las metas e indicadores numéricos previamente establecidos. Pero también tres años después se evalúa si hubo sostenibilidad del proyecto, es decir, si pudo sostenerse a lo largo del tiempo, y se mide su impacto en la sociedad del país”, explicó Ito.

«JICA no busca trabajar de manera independiente. Su enfoque estratégico es fomentar una sostenibilidad a largo plazo y empoderar a la comunidad local en cada proyecto para que este no dependa exclusivamente del personal japonés. La misión de JICA es brindar asistencia y transferir conocimientos y técnicas a la gente local, de manera que una vez que el proyecto concluya, la comunidad local tenga la capacidad de continuar y gestionar por sí misma lo que se ha iniciado», señaló Komiyama.

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