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Bovinos de la raza Nelore en la unidad de producción de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno en el municipio de Montero.

Autora: Emily Sardina

La Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), en un trabajo de investigación conjunta con la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM) y el Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), contribuyó al desarrollo agropecuario de Santa Cruz en dos proyectos. 

JICA aportó al sector ganadero a través del Proyecto de Mejoramiento Genético del Ganado Bovino (PMGB), que está bajo la administración de la UAGRM y, en cooperación con el CIAT, contribuyó al sector agrícola a través del Proyecto de Mejoramiento de la Semilla de Arroz (DISAPA).

«Son bastantes los proyectos con los que contamos, pero son dos los más importantes y con mejores resultados que se realizaron en el departamento de Santa Cruz, Bolivia», explica Toshihiro Nakajima, coordinador de JICA Bolivia.

https://youtu.be/wVmYrspw768

Un japonés enamorado de Santa Cruz

Toshihiro Nakajima es un japonés que vive en Santa Cruz desde hace más de tres décadas y actualmente es el coordinador de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) en Bolivia. Cuando estaba en su etapa universitaria, Toshihiro Nakajima, tuvo la oportunidad de viajar al otro lado del mundo, dejando su país de origen y llegando a Perú, donde se quedó durante un año, con el objetivo de aprender español. 

«Me gustó mucho y desde ahí supe que quería trabajar manteniendo una relación entre Japón y Sudamérica», recuerda Nakajima. 

Luego de su experiencia en Perú, se incorporó en una empresa japonesa que contaba con oficinas en Bolivia, y ellos lo enviaron a Santa Cruz.

Llegó a Bolivia sin compañía, listo para comenzar con un nuevo trabajo, y en este país conoció a la que actualmente es su esposa, una ex voluntaria del Hospital Japonés, con quien tiene una hija. Ahora, él se considera «un camba».

Durante 30 años siendo parte de JICA, Toshihiro Nakajima ganó mucha experiencia y fue parte de varios proyectos, pero él destaca dos como los más relevantes. 

En el sector de ganadería, resalta al proyecto realizado en conjunto con la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, el cual se denominó Proyecto de Mejoramiento Genético de Ganado Bovino (PMGB).

«Este proyecto se llevó a cabo hace 30 años y aportó al sector agropecuario porque desde entonces se comenzó a difundir tecnología de inseminación artificial», explica Nakajima.

El mejoramiento genético del ganado bovino

Moisés Salinas es médico veterinario zootecnista. Su pasión por la ganadería lo llevó a formar parte del PMGB. Durante la ejecución del proyecto, él fue el director del Centro Nacional de Mejoramiento Genético Bovino dependiente de la UAGRM.

«Es importante establecer un buen sistema, es decir, manejar registros de las vacas, controlar su nutrición y su tiempo reproductivo, mantenerlas sanas y utilizar las herramientas tecnológicas para aprovechar el material genético de buena calidad”, explica Salinas.

Señala que para iniciar el proyecto se realizó un diagnóstico de la situación real de la ganadería en Santa Cruz, lo que permitió determinar cuáles eran las necesidades a mejorar y posteriormente definir un plan de acción. Se decidió trabajar en inseminación artificial y transferencia de embriones.

Al inicio se lo hizo en granjas modelo, es decir, unidades de prueba para verificar la funcionalidad del proyecto y así implementar el trabajo completo de mejoramiento genético expandiendo el beneficio a otros ganaderos. 

El objetivo general del proyecto fue lograr que la mayor cantidad de productores puedan adecuar, como un método sencillo, el mejoramiento de la productividad de carne bovina.

El proyecto trabajó con la raza Nelore, caracterizada por su gran tamaño, lo que la hace beneficiosa para los pequeños y grandes ganaderos. Santa Cruz es el mayor productor de ganado bovino en Bolivia.
La raza Nelore es alta productora de carne y de ganancia rápida de peso en el proceso de engorde. Posee entre un 1,5 y 2,0% más de rendimiento sobre el peso del animal, lo que se puede traducir en ganancias económicas para los productores.

Escucha este audio para conocer las etapas del Proyecto de Mejoramiento Genético de Ganado Bovino.

«Para Santa Cruz y Bolivia en general, este proyecto ha sido un aporte fundamental para el desarrollo de la ganadería, ya que se logró avanzar de manera gigantesca y los resultados los podemos ver en las diferentes muestras de ganado bovino y diferentes razas que participan en la Feria Expocruz. También se ha logrado exportar material genético a otros países», señala Salinas.

Además, manifiesta que tuvo la oportunidad de trabajar con diferentes expertos profesionales de Japón que le transfirieron sus conocimientos y experiencias.

Un viaje que cambió la vida de José

José Silo Romero es un médico veterinario zootecnista, cuya pasión por la ganadería lo ha llevado a dedicarse muchos años al área. «Mi experiencia me da los conocimientos suficientes para no quedarme atrás de los demás», expresa.

Hace más de 20 años participó del PMGB, el cual cambió su vida de manera positiva. “Tuve la oportunidad de salir del país y de llenarme de nuevos conocimientos a través de capacitaciones”, explica, recordando las experiencias vividas.

«Aprender cosas nuevas siempre es importante y por eso este proyecto nos capacitó».

José Silo Romero
Médico Veterinario Zootecnista

José Silo Romero viajó a Japón para asistir a capacitaciones en las que le enseñaron nuevos métodos de producción de carne para implementar en Bolivia a través del Proyecto de Mejoramiento de Ganado Bovino.

 Él afirma que la experiencia fue compartida con varios técnicos que, al volver,  los aplicaron para el potenciamiento de la región cruceña como puntal agropecuario del país.

«Antes se tenía que traer a técnicos de otros países para hacer los trabajos de mejoramiento, y resultaba muy caro pagar su pasaje y su estadía. Ahora, contamos con personas formadas y muy capaces en Santa Cruz».

José Silo Romero
Médico Veterinario Zootecnista

El PMGB es el proyecto ejecutado junto a la UAGRM que Toshihiro Nakajima resalta. El segundo fue en conjunto con el CIAT, que ahora es una entidad dependiente de la Gobernación de Santa Cruz.

«Junto a ellos llevamos a cabo el proyecto DISAPA, porque en aquella época la semilla de arroz consistía en sobras de siembras de años pasados. Sin embargo, se logró sistematizar el proceso para mejorar la calidad de la semilla y así garantizar una mejor cosecha de arroz», señala Nakajima.

La semilla de arroz fue mejorada

Juana Viruez es ingeniera agrónoma del Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT) y lleva más de dos décadas siendo parte del Proyecto de Difusión de Semillas de Arroz de Alta calidad para Pequeños Productores (DISAPA).

Todo comenzó hace 27 años, cuando ella decidió desarrollar su tesis de grado enfocada en el tema del arroz, gracias a lo cual el CIAT le abrió sus puertas. Sin embargo, pasaron 5 años hasta que fue contratada, justo cuando se daba inicio al proyecto DISAPA en conjunto con la Cooperación Japonesa (JICA), en el año 2000.

El proyecto inició con 6,2 hectáreas de cultivo. Actualmente cuenta con 14 hectáreas.

Viruez cuenta que entre varios técnicos se elaboró el proyecto DISAPA, el cual consistía en difundir una semilla de alta calidad a los pequeños productores, debido a que ellos sembraban su propia semilla, contaminada. 

El CIAT produjo semilla de mayor calidad para entregarles bajo la modalidad de fondo perdido (gratis) y así iniciar con el proyecto.

«Gracias esa semilla de buena calidad que producía el CIAT fue que se liberaron nuevas variedades de arroz para los productores. Fue algo increíble: se produjo más de 146 toneladas de arroz que se difundieron a más de 500 productores y ellos llegaron a producir su propia semilla para luego vendérselas a otros agricultores», explica Viruez.

«Se mejoró la calidad de la semilla y, junto con esto, ha ido cambiando el sabor del arroz que se consume en Santa Cruz».

Toshihiro Nakajima
Coordinador de JICA en Bolivia

Escucha este audio para conocer los alcances del Proyecto de Mejoramiento de la Semilla de Arroz.

Profesionales cruceños fueron capacitados en la tierra del sol naciente

Edwin Vaca lleva más de 20 años siendo parte del CIAT y fue partícipe del proyecto DISAPA en el área de producción. «Este proyecto fortaleció, no solamente al CIAT, sino al desarrollo del sector agropecuario de Santa Cruz», señala Juana Viruez, y Edwin Vaca lo ratifica diciendo que lo mejor que le pudo dejar el proyecto a los técnicos de Santa Cruz fue el conocimiento transmitido a través de las distintas capacitaciones que JICA les ofreció.


«Durante tres meses estuvimos en Japón aprendiendo muchas cosas nuevas», señala Vaca.

También explica que el proyecto duró 5 años y en ese tiempo más de 40 personas fueron enviadas a Japón para ser capacitadas. 

Además, cada año se hacían días de campo para compartir los conocimientos adquiridos con más productores a través de parcelas demostrativas. Esos eventos llegaron a juntar a más de 72 comunidades.

«El impacto de JICA en el desarrollo agropecuario no fue solamente económico, sino también en recursos humanos, algo muy valioso, porque nos dejó gente formada».

Juana Viruez
Ingeniera agrónoma del CIAT

Ambos proyectos han aportado al desarrollo del sector agropecuario en muchos aspectos, desde lo tecnológico hasta lo económico. 

El coordinador de JICA Bolivia, Toshihiro Nakajima, resalta que el JICA sigue motivando a las capacitaciones ofreciendo becas, para apoyar a bolivianos interesados en viajar a Japón a adquirir nuevos conocimientos.

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