Por: Jhorgely Limón
José Daniel Vargas de 30 años de edad, es médico especialista en hemodiálisis. Cree firmemente en el voluntariado, en salir de su comodidad para ir a los barrios a servir a la sociedad con su profesión. Es padre, es esposo, y como a él le gusta llamarse: es doctor del pueblo. Dirige la Fundación Médica Solidaria (FUMESO), bajo el deseo de tener un Centro Médico de ayuda comunitaria. Es un soñador quien lucha por convertir esos sueños en realidad.
_ ¿Cuál es el objetivo de FUMESO?
Es un proyecto solidario para ayudar a la gente que lo necesita. Porque a veces las personas no van a su control médico entre semana porque trabajan, entonces nosotros hacemos brigadas médicas los fines de semana y ayudamos con una atención gratuita incluyendo los medicamentos.
_ ¿Cómo nace FUMESO?
Inició en 2015 cuando hubo un almuerzo para indigentes que organizó la Iglesia Tiempo de Cambio, yo me ofrecí para ir voluntariamente y llevar asistencia médica, ahí me apasioné con ayudar mediante mi profesión. Aún no había el nombre de FUMESO, pero el proyecto estaba en mente. En 2017 comencé a tomarlo más en serio, como un proyecto personal y le puse el nombre de Fundación Médica Solidaria (FUMESO). Comenzamos a trabajar fuera de Tiempo de Cambio, corrimos nuestra propia carrera. Nació por el compromiso de asumir una responsabilidad social, ya han pasado 4 años y esto permanece.
_ ¿Cuántas personas forma FUMESO y con qué especialidades cuentan?
Hemos llegado a ser entre 20 a 80 personas en las convocatorias que hacemos, es dependiendo de la expectativa de la actividad. Contamos con las especialidades básicas que son: medicina general, odontología, fisioterapia, enfermería, farmacia, pediatría, en algunas ocasiones se suma traumatología.
_ ¿Cómo hacen para financiar sus viajes y medicamentos?
Todo es autosostenible, nosotros mismos tocamos puertas para poder recibir donaciones. Tenemos amigos que son visitadores médicos y nos dan algunas muestras médicas, también hacemos aportes, cada uno dona un monto de dinero y con eso compramos lo que necesitamos, todo se sostiene bajo donaciones. Del mismo modo es para los viajes, cada uno cancela su pasaje o viático.
_ ¿Cómo realizan el proceso de atención médica en los barrios que asisten?
Primero la enfermera o enfermero toma signos vitales al paciente, luego pasa por un médico general o la especialidad que requiera, ahí el doctor da un diagnóstico con un tratamiento y receta. Luego el paciente pasa por una mesa en donde están todos los medicamentos, y la bioquímica o enfermera le da los medicamentos que necesita.
_ Debido a la crisis sanitaria en la que se está viviendo ¿suspendieron sus actividades?
A pesar de la pandemia el proyecto sigue, porque queremos dejar un legado para nuestros hijo y nietos, quienes van a continuar esto. FUMESO sigue realizando actividades, pero no como antes por falta de recursos.
_ ¿A qué lugares han llegado con atención médica gratuita?
Hemos ido a Montero, Warnes, Cotoca, El Torno, San Ignacio de Velasco, Yacuiba, a los 15 distritos de Santa cruz de la Sierra, hemos llegado a conocer mucha gente importante, a los del comité cívico, también al alcalde de Montero quien nos dio dos reconocimientos por la labor que venimos desarrollando.
_ ¿Le ha tocado pasar por una experiencia conmovedora con un paciente en su voluntariado?
Nunca voy a olvidar cuando un día estábamos en la brigada médica y me trajeron a una niña de 6 o 7 años, ella tenía el brazo quebrado, estaba así más o menos un mes y no la llevaron al médico porque no tenían dinero. La mamá vio que se cayó la niña y ahí la dejó. En el hueso del brazo izquierdo se notaba que había una fractura. Al verla la abracé y me cayeron un par de lágrimas. Ese día me comprometí en llevarla al hospital, y así lo hice.
Ahí uno ve la realidad de la gente, cómo están y cómo sufren, muchos no tienen para sus medicamentos básicos. El salir de tu consultorio para ir a los barrios te da otra perspectiva de la vida y de la salud, ahí vemos la realidad nacional del sistema de salud.
_ ¿Qué planes tiene a futuro con FUMESO?
Poder recorrer toda Bolivia, dejar fundaciones hijas en cada departamento, continuar dando ayuda solidaria de forma voluntaria. Quiero que FUMESO crezca, me gustaría coordinar cruzadas de salud en todo Bolivia, y tener un centro médico en el que podamos dar continuidad al tratamiento del paciente. En estos momentos estamos haciendo los papeles legales para ser una fundación.
El proyecto y la visión es grande, pero iremos paso a paso. Mientras haya vida y salud uno nunca tiene que dejar de soñar. Yo creo que vivir sin motivaciones y sin expectativas es una vida muerta. Todos tenemos sueños y metas, pero hay que perseguirlos.








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