REPORTAJE
Por: Ireland Méndez y Fernanda Alcocer
Los animales son los seres más vulnerables y desprotegidos de la sociedad. Al transitar por las calles de la ciudad se puede encontrar cientos de perros y gatos abandonados, algunos con sarna o desnutridos; o con heridas que muestran señales de maltrato, no solo por parte de sus dueños, si no de gente que no les gusta verlos transitar o que se les hace molesto.
En el país se contabilizó un perro por cada 10 habitantes, según Animales SOS, registrando a Santa Cruz, La Paz y Cochabamba como los departamentos con mayor índice de población de perros y gatos. El responsable de Zoonosis del Ministerio de Salud, Grover Paredes, explica que hasta el 2015 existían 250.000 mil perros y gatos en toda Bolivia que se encontraban abandonados o en situación de calle; lo más preocupante es que esta cifra crece en un 20% cada año. Paredes advirtió que, si no se toma las medidas correspondientes para controlar el crecimiento de esta población, no habrá establecimientos ni perreras que abastezcan.
Por fortuna existe gente y grupos de apoyo que se dedican al rescate de estos animales, algunos son encontrados en mal estado o necesitan de una nueva familia, que los acoja y los cuide como se merecen. Uno de estos grupos es SOPRAMA ADOPCIONES (GRATIS), quienes se comunican vía Facebook, publicando en el perfil la locación de los perros o gatos que necesitan rescate, una vez rescatados se reporta el estado de los mismos y se pide colaboración para cancelar su tratamiento de rehabilitación; al mismo tiempo muchos integrantes del grupo publican adopciones, pidiendo que sean personas responsables y que les den buena calidad de vida a los nuevos miembros de la familia.
Un claro ejemplo del apoyo que brinda el grupo de SOPRAMA ADOPCIONES es la historia de “Napoleón” y su dueña Dahaira Vargas. Una tarde la hermana de Dahaira encontró una publicación en Facebook, donde se anunciaba la ayuda urgente que necesitaba un pequeño gatito que fue encontrado en inmediaciones de la Avenida 2 de agosto, en una caja de palo y en muy mal estado. Ella decidió ir junto a su esposo a recogerlo, pero al llegar al lugar no estaba presente quien había realizado la publicación; de todas formas, las personas que se encontraban en el lugar se comprometieron a ayudar económicamente con su rehabilitación.
En la primera revisión médica que tuvo Napoleón se le detectó una sarna muy contagiosa, infección en los ojos y quemaduras, se presume que le tiraron agua hervida. Estuvo en tratamiento una semana para curar su sarna y la infección en sus ojos, sin embargo, el tratamiento para sus quemaduras fue mucho más largo, hasta tener una recuperación completa. Asimismo, estuvo en cuarentena en el cuarto de la hermana de Dahaira hasta que fuera seguro sacarlo a que conozca a su nueva familia. “Como no podía ver, solo dormía y comía, a veces para comer no podía seguir el olor por lo que daba vueltas hasta poder encontrar su plato”, dijo Dahaira. Agregó que, “para acariciarlo teníamos que desinfectarnos las manos al rato, porque los otros perros y gatos duermen con nosotros y no podíamos arriesgarnos a contagiarlos”.
La rehabilitación de Napoleón duró meses, se llegó a recaudar 450bs de donaciones, pero aun así esta suma de dinero no alcanzaba para cubrir todos sus gastos médicos, ya que recibía sueros, vitaminas y otros medicamentos. Encima de todos los males que aquejaban a este gatito, en una pelea con otros gatos le clavaron las uñas en uno sus ojos, así que tuvo que realizar otro tratamiento para no quedar ciego. Luego de un tiempo lleno de cuidado, paciencia y muchas ganas de vivir por parte de Napoleón, salió victorioso. Actualmente se encuentra totalmente sano, e irreconocible del que era al momento de su rescate. Dahaira y su familia tuvieron un papel muy importante en la rehabilitación de Napoleón, ya que nunca se dieron por vencidos para salvarle la vida, después de que se la daban por perdida.
Gracias a una simple publicación se le cambio totalmente la vida a un indefenso que quizás no tenía muchas esperanzas; como esta historia existen muchas más, de un llamado y rescate que puede definitivo. Tal vez varias de estas mascotas no tienen la suerte de Napoleón, algunos son encontrados con heridas tan graves que fallecen en el intento o en la misma veterinaria; pero lo más importante para el grupo SOPRAMA es dar atención rápida y tratar salvar la mayor cantidad de animales maltratos, o buscarles un nuevo hogar.
Rescatando a Laika de una vida con drogas:
La historia del rescate de Laika es algo curiosa, o así lo cuenta la familia Ruiz. Un día se encontraban descargando cemento en su puesto laboral, cuando de repente se les acercan tres “pitilleros” a querer robarles sus pertenecías o sacar algún provecho de esta mercadería. Ismael Ruiz y su madre los ignoraron por un momento, aunque presentían lo iba a suceder; hasta que se dieron cuenta que una de los miembros de este grupo traía consigo una pequeña perrita.
Ambos sintieron compasión de ella, la madre de Ismael les pidió que le entreguen a la perrita, sin embargo, ellos le pedían dinero a cambio; para salvarla de tener una vida de sufrimiento o mala alimentación accedieron, la familia les dio lo que pedían y ellos a Laika junto a una mamadera por donde la alimentaban. Ismael cree que no fue un gran rescate, pero al mismo tiempo cree que la salvaron de una vida que no sería buena para ella. “No debemos justificar a las personas, pero sabemos que los que viven en la calle no suelen dar una vida digna a los animales”, expresó Ismael.
Albergue Municipal para Canes y Felinos:
La alcaldía municipal de Santa Cruz de la Sierra bajo la dirección de Percy Fernández, inauguró el 13/04/2018 el Albergue Municipal para Canes y Felinos, con el objetivo de preservar la salud pública, mediante el control de la rabia canina. Este albergue está ubicado en el distrito 6, octavo anillo pasando El Trillo y cuenta con 40 jaulas destinadas a perros y 25 para gatos. La obra tuvo una inversión de Bs 3,5 millones, se encuentra en un área de 7.173,05 m2, mientras que la superficie construida es de 658 m2, el restante es un patio donde salen a pasear los perros que se encuentran en el albergue. Consta de dos plantas en las que se destinan espacios para diferentes servicios: recepción, peluquería, consultorios, laboratorio, quirófano, sala postoperatoria, emergencias, morgue, rayos X, área de cuarentena, sala de adopciones, área administrativa, depósito y estacionamiento.
En las jaulas que están destinada para los perros, se ubica uno por cada una, también se puede encontrar hasta dos depende de la situación en la que se encuentren; de las cuales están distribuidas de la siguiente forma: 2 caniles grandes (son jaulas especiales para perros temporales, es decir, que se quedan solo por su tratamiento); 14 caniles para perros que han mordido a alguna persona y 8 para sospechosos de rabia, además del espacio para perros de clínica, que son rescatados por maltrato o alguna enfermedad.
Pasando al área de los felinos, que es mucho más pequeña que la destina para los perros, están distribuidas con 9 gatiles para gatos sospechosos de rabia y 9 gatiles para clínica (que presentan enfermedad o dolencia). La gran mayoría de los gatos que están en el albergue son rescatados de cajas de cartón botadas en las calles, y todos están en busca de una nueva familia.
Si bien por todas las descripciones parece ser un hermoso lugar con todas las comodidades, hay muchos que están en desacuerdo con la construcción y la atención que brinda el albergue a los gatos y perros que se encuentran refugiados en este lugar. Una de las repercusiones más fuertes ha venido por parte del grupo SOPRAMA, que constantemente denuncia mediante las redes sociales, la mala atención brindada o el sufrimiento que experimentan los perros.
Roberto Sandro Fernández, de SOPRAMA, subraya que se debe cambiar el concepto que presenta el albergue por centro de zoonosis, ya que se concentra al control de los contagios por rabia, “Tiene nombre de albergue, pero no se está albergando a los animales ahí. Se debe cambiar el concepto de ese lugar y se le debe dar la función que corresponde porque un albergue es un lugar de acogida, de salud, donde se promociona las adopciones de esos perritos que llegan. Ahí no hay nada de eso”, cuestiona Fernández.
Otra de las denuncias viene por parte de los Animalistas que no lo ven como una solución ante gran cantidad de perros maltratados y abandonados que existen. María Leny Arancibia, representante de los Voluntarios en Defensa de los Animales (VEDA), indicó que hasta el momento no se ven obras en favor de los animales.
“Pueden levantar miles de albergues, pero la realidad de los animales en las calles continúa y la única solución que ellos dan es eliminarlos. Se debería empezar a buscar soluciones en beneficio de los animales y no mirarlos como un problema. Varias veces lo hemos dicho que se deberían hacer campañas educativas, de información, además de campañas de esterilización, esas tres cosas deben ir paralelas”, dijo Arancibia.
Por su parte Alberto Sánchez, vicepresidente de la Confederación Social Animalista, pidió que este centro no se convierta en una perrera donde se elimine a los animales y se respete el hecho que sea un albergue.
Hasta el momento no se han comprobado estas denuncias, que parecen ser más un reclamo u opiniones negativas hacia este espacio creado para la protección y cuidado de perros y gatos. Quizá que cada uno necesita de una atención personalizada, pero hay que tomar en cuenta que falta personal para poder atender a todos los que están refugiados; es ahí donde entre el grupo de voluntarios, que realizan una labor desinteresada y llena de amor hacia los albergados.
Hacer voluntariado en el albergue también es un acto de amor:
Micael es un joven de buen corazón que empezó a hacer voluntario en el invierno del 2019, luego de enterarse mediante un video, que los perros del albergue estaban muriendo de frio y se mojaban cada vez que llovía. Entonces decidió ir a conocer las condiciones en las que se encontraba el albergue, empezó a poner carpas encima de las jaulas, para que los perros no se mojen, también les llevaba ropa y comida.
Estuvo realizando este trabajo desinteresado, solo durante un año, “Yo invitaba a varias personas, pero nadie quería ir”, explicó Micael. Pero en el presente año, hace dos meses para ser exactos, se empezaron a unirse más voluntarios para ayudar a este joven, luego de escuchar las denuncias que se le acudían al albergue, actualmente tiene un grupo de aproximadamente 10 voluntarios, que se juntas los días miércoles y viernes para darle de comer a los perros (la comida que les prepara Micael), limpiar los caniles, sacarlos a pasear, y si se ve la necesidad, bañarlos.
Este grupo de voluntarios trata de crecer cada semana, y cualquier persona que guste hacer esta labor puede dirigirse al albergue los días miércoles y viernes, a partir de las tres de la tarde para pasar un momento muy agradable con estos perros y gatos que se encuentran en este lugar.
Micael pide ayuda vía Facebook, buscando alguien que quiera apadrinar un día de comida a estos seres, él relata que, si bien el albergue está a cargo de la Alcaldía Municipal, no recibe ninguna ayuda de ellos ni de ninguna empresa, para comprar las menudencias necesarias para la comida, “El día que nadie apadrina simplemente no se les cocina”, lamentó.
Este joven voluntario, aparte de realizar un acto desinteresado en el Albergue Municipal, también tiene su propio refugio que lleva por nombre “Amor Perruno”, donde tiene 15 perros y 9 gatos, que se hace responsable el solo de cuidarlos, y darle todo lo que necesitan; ya que prefiere que los voluntarios sean para el albergue municipal, porque los animales que se encuentran ahí no tienen ningún cuidado especial y necesitan mucha ayuda para atenderlos, “Yo prefiero que los voluntarios vayan al albergue, donde no los cuidan bien a los perros, ellos no reciben el amor necesario; en cambio, en mi refugio yo trato de darles todo para que estén bien”, alegó Micael, que trabaja como electricista.
Una de las experiencias que más marcaron lo han marcado es la historia de Laguela; el día de su rescate una señora contacto a Micael para pedirle ayuda con esta perrita, cuando la quisieron agarrar mordió al voluntario y al ser sospechosa de rabia, Micael tuvo que someterse a 15 días de inyecciones antirrábica (esta inyección previene que el virus de la rabia entre en el humano y afecte su sistema nervioso central), Laguela fue abandonada por esta señora en la veterinaria, dejándola con una deuda muy grande y con órdenes de dormirla. La veterinaria llamó a Micael para saber que se podría hacer con la perrita, él decidió hacerse cargo y después de la mordida, días de inyección, ambos se convirtieron en muy buenos amigos.
Actualmente Laguela está en el refugio “Amor Perruno”, nadie quiere adoptarla por la viejita que es, sin embargo, Micael la cuida sin ninguna pereza. “Luego del odio que me tenía al conocerme, ahora me ve y me llena de besos”, recuerda.
Estar un día de voluntario en el albergue municipal es toda una experiencia de amor y compresión, el conocer a cada uno de las mascotas de manera personal, dándoles el amor y el cuidado que se merecen, es algo que mantiene pensativos a muchos y con el deseo de poder hacer algo más por ellos. Hace falta muchas más personas que entreguen su vida de manera desinteresada a servicio de seres indefensos; cada perro o gato es una historia y si bien se escucha mucho la frase “Adopta y no compres”, que tan cierta y verídica es; existen muchos animales que están en busca de amor y un hogar, que los quieran de verdad, si bien tienen un techo dentro del albergue municipal, sigue sin ser un verdadero hogar. El rescatar, cuidar y albergar a un pequeño que ya no le daban esperanzas, no solo los llena de alegría si no que les devuelve la vida y felicidad.



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