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Al igual que en todo el mundo, 2020 fue un año complejo para la Universidad Evangélica Boliviana. Pero también fue un año de desafíos, logros, oportunidades y proyecciones.

La capacidad institucional de reacción frente a la pandemia y el confinamiento fue inmediata. No se perdió ni un día de clases. El gobierno nacional dictó la cuarentena parcial el 11 de marzo de 2020. El 12 y 13 de marzo los docentes, todos ya con correos institucionales, estaban capacitándose en turnos de mañana, tarde y noche, para utilizar de la mejor manera las herramientas Google. En turnos de mañana, tarde y noche, según se habían inscrito en enero y en febrero, los estudiantes continuaron sus clases.

Algunos padres pensaron que sus hijos no aprenderían igual e intentaron retirar a sus hijos de la Universidad. Pero los hechos rindieron fruto por su cuenta. Los padres empezaron a mirar las clases de sus hijos y pronto notaron que sí se podía aprender a través de una pantalla. Estudiantes y docentes continuaron sus clases.

Los procesos administrativos se simplificaron. El papel dejó de ser importante porque el correo electrónico lo suplió. La presencialidad como requisito de varios procesos fue reemplazada por la firma electrónica o el registro de una foto o un mensaje de Whatsapp.

Docentes, estudiantes y administrativos cargaron a la UEB en sus espaldas y se la llevaron a casa. Y la universidad se hizo desde cada hogar, desde cada familia. Tal vez algunos se sentían solos frente a una computadora, pero solos en realidad no estaban, porque cientos y cientos de ellos estaban haciendo lo mismo, en ese mismo momento pero desde otro lugar.

Fue una universidad con rincones de hogar, adivinanza de voces, silencios in/cómodos, nuevos vocabularios, clics y resets. Pero fue una universidad compleja y completa, que logró cumplir objetivos y desarrolló competencias, y que ahora se proyecta al mundo de otro modo, con más oportunidades que antes, más creativa también.

Así está ahora la Universidad Evangélica Boliviana. Durante la pandemia, entre tanta bendición, se remozó. Se han construido nuevos módulos, se han modernizado los ambientes, se han equipado los laboratorios, los jardines regalan esplendor.

De eso se habla en este nuevo número de El Informante, un periódico producido por estudiantes de tercer semestre de la Carrera de Comunicación Multimedia Estratégica. Ellos hacen constar aquí que estamos viviendo épocas diferentes pero prometedoras. Para la institución y para la Carrera. Aquí se presentan las apuestas de la Carrera de Comunicación en estos nuevos tiempos: Maratón TIC, teleseries propias, experimentos narrativos. Siempre haciendo honor al conocimiento, la ciencia y la innovación.

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