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REPORTAJE

Por: Ireland Méndez y Fernanda Alcocer

Con la llegada del coronavirus, la población ha buscado distintos medicamentos para protegerse y para tratar el virus. Debido a esto el precio de los medicamentos subió sin consideración, hasta que las denuncias de la población llegaron a oídos de las autoridades y tomaron cartas en el asunto. 

El Ministerio de Salud junto a La Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud (Agemed) lanzó un informe que garantiza el control de venta de medicamentos esenciales, y advirtió con sancionar por la especulación de precios, esto a causa de la emergencia sanitaria que atraviesa el país.

En este mismo informe la Agemed explicó la estrategia para la contención de los costos de los medicamentos y publicó una lista en la cual contiene detalladamente los precios oficiales en base al tratamiento para el Covid de primer grado (que es el que se puede curar con medicamentos y aislamiento domiciliario). La lista fue elaborada porque la población creía que las farmacias habían aumentado los precios por su propia voluntad. Fue ahí cuando el Sedes actuó para inspeccionar cada farmacia y comprobar esta información. 

Si bien la población denunciaba el alza de precios en las farmacias, no se sabía con certeza quienes fueron los que subieron los precios de los medicamentos, si los proveedores o los mismos dueños de farmacias y cadenas farmacéuticas.

Quienes vivieron de cerca este momento fueron Javier Dennis Maldonado y su esposa Minerva Soruco, que peregrinaron durante 23 días por los medicamentos para el tratamiento de Francisco Maldonado, padre de Javier Dennis.

Francisco estaba internado en terapia intensiva en la clínica Grumedso, luego de presentar un cuadro de saturación menor al 60%. Fueron días en los que no alcanzaba el tiempo para realizar todo lo que se debía hacer. Aparte de buscar los medicamentos se necesitaba el dinero para comprar lo mismos. Cada receta por día costaba entre 2.000 a 3.000 bolivianos. “Ya no sabíamos de dónde conseguir el dinero, tuvimos que sacar de nuestros ahorros, pero Dios nunca nos abandonó y proveía todos los días para comprar las recetas”, expresó Minerva. 

Entre toda la receta había un medicamento que destacaba: el Atracurio, que es un relajante muscular y de los órganos principales del cuerpo; permite tener sedado al paciente sin someterlo a un coma inductivo. Javier y Minerva tuvieron que peregrinar entre las farmacias más conocidas de la ciudad y aun así no lo encontraban. Su precio podía variar entre Bs 180 y Bs 40, Francisco necesitaba 12 al día para mantenerlo sedado y no despertarse. 

Como último recurso Minerva, en su condición de enfermera, estuvo buscando por medio de los grupos de WhatsApp; preguntaba quién vendía y dónde podía conseguirlo. “Me pasaron como diez números y ninguno lo tenía”, dijo. Después de tanto buscar dieron con una farmacia en El Torno, que sí contaba con el Atracurio. Javier al llegar al lugar se dio cuenta que quien atendía la farmacia era su compañero de la universidad, de ahí se proveyeron para una semana. 

Otro medicamento que costó conseguir fue el Fentanil, un analgésico que tiene funciones de anestesia, superiores a la Morfina. “Buscamos en todas las sucursales de Farmarcorp, ninguna farmacia lo tenía”, expresó Minerva. Finalmente ambos medicamentos fueron encontrados en farmacias pequeñas y con precios más económicos porque se los podía comprar sin factura.

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Opinión farmacéutica:
Quienes vivieron de cerca esta especulación fueron las farmacéuticas y son las que conocen muy bien lo que sucedió realmente con los medicamentos en la pandemia. Es por ello que su opinión es importante. Sonia Cussi, bioquímica farmacéutica y dueña de la Farmacia Farmaplan, comentó que el aumento de precios fue por parte de los laboratorios médicos. “El aumento de precios para su compra se elevó como un 30% y obviamente las ganancias hacia mi persona se vieron afectadas”, dijo.

Los precios de los medicamentos aumentaron debido a la elevada demanda por la pandemia. Entre ellos están: Aspirineta, Aspirina, Ibuprofeno, Azitromicina e Ivermectina, entre otros. De la misma manera, no hay que olvidar de los productos que se usan para los cuidados de bioseguridad, como ser: el barbijo y el alcohol en gel se convirtieron en productos de primera necesidad para la población.

Claudia Lizárraga, propietaria de la farmacia Jobemat, explicó detalladamente cómo fue la especulación del aumento de precios de los medicamentos. Las distribuidoras tienen un stock de medicamentos para abastecer a las farmacias establecidas legalmente y que pagan impuestos (NIT y el permiso correspondiente). Al llegar la pandemia se agotaron estas reservas y las distribuidoras debido a la escasez tuvieron que invertir más para traer los productos vía aérea, lo cual incrementó en los costos. Entonces, durante más dura de pandemia en Bolivia, muchas personas necesitaban los mismos medicamentos al mismo tiempo, esto provocó la escasez de materia prima; y ese fue el origen del alza de precios.

Las distribuidoras al invertir más para abastecer a las farmacias debieron elevar sus precios para recuperar lo invertido, y por su parte las farmacias hicieron lo mismo para obtener ganancias. “Las farmacias no aumentaron los precios por su voluntad y esto se demostró con la inspección que el Sedes realizó”, aclaró Lizárraga.

Otro punto muy importante para analizar es la diferencia en la composición de los medicamentos. Existen los genéricos que son más económicos, pero tienen sus contraindicaciones de por medio y también están los recubiertos, estos tienen un precio más elevado porque contienen una protección para que el estómago no sufra daño. Ambos tipos de medicamentos cumplen exactamente la misma función, su única diferencia es que los genéricos no contienen la protección al estómago de los recubiertos, lo que a la larga puede ocasionar gastritis, náuseas, vómitos y diarrea. 

Las farmacias y distribuidoras vendieron al inicio de la pandemia los medicamentos genéricos, cuidando la economía de la población; en un momento dado se terminaron y no había de dónde volver a proveer de estos, al ocurrir esta escasez las farmacias empezaron a vender los recubiertos.

Lo que la población no entendió fue el alza de precios si, aparentemente, eran los mismos medicamentos. “En esta oportunidad hubo una mala comunicación entre el paciente y el dispensador de medicamentos. El bioquímico debió haber explicado la diferencia y contraindicaciones de estos medicamentos para que no exista la duda en la población”, explicó Lizárraga. 

Para comprender mejor esta diferencia, en la siguiente tabla se ven los precios de los medicamentos usados para tratar el Covid de primer grado, este tratamiento puede variar según las indicaciones del médico y las necesidades del paciente. 

La diferencia de precio es notoria, si bien cumplen la misma función tienen distintas contraindicaciones debido a su alto consumo a lo largo del tratamiento. Hay médicos que recomiendan y escriben en las recetas los medicamentos recubiertos, pero si el paciente no tiene las posibilidades de acceder a este tratamiento, el bioquímico puede sugerir los medicamentos genéricos sin cambiar la receta.

Al igual que las medicinas, los barbijos tuvieron un aumento en sus precios, y su situación fue muy similar. Al inicio de la pandemia un barbijo costaba dos bolivianos, poco a poco se agotaron y las farmacéuticas que tenían más capital invirtieron en importar este producto que se volvió parte de la vida de la población.

Comparación y análisis de precios:
La lista de precios dada por la Agemed contiene los medicamentos bases con sus distintas industrias, y país de procedencia; esta fue lanzada el 27 de julio con el propósito de regular los precios de los medicamentos en las farmacias, y también para evitar conflictos y especulaciones entre la población. 

El Sedes es el encargado y es la única institución que puede inspeccionar las farmacias. En esta inspección se descubrió que las farmacias estaban vendiendo al precio que Agemed había establecido. Por ello se comprobó algunos precios de la lista con los precios de las farmacias. Se pudo observar que la diferencia es mínima, la más notoria es de la Ivermectina, medicamento que se hizo muy requerido en este tiempo. 

El precio de los remedios puede variar dependiendo del laboratorio y lugar de procedencia. Cabe recalcar que cada tratamiento es diferente para pacientes que han dado positivo al Covid, este tratamiento se hace de acuerdo a las necesidades y la gravedad del virus, para algunos puede durar entre 3 a 5 días de tratamiento y el precio también varía de acuerdo a esta situación.

“Las farmacias no aumentaron los precios por su voluntad”

Cuando llega una nueva enfermedad gran parte de la población se alarma, con ella surge la crisis económica y la escasez de ciertos productos. En esta oportunidad fueron los medicamentos: algo muy necesario para tratar el Covid-19. Las industrias farmacéuticas no estaban preparadas con el dote de medicamentos necesario ni el material básico para combatir la pandemia.

La desesperación de muchas farmacéuticas y de la población provocó que los proveedores inviertan más dinero para traer con mayor rapidez los medicamentos y en cantidades necesarias para abastecer a las farmacias y a la población. Esta inversión debía ser repuesta, obligando así a elevar los precios a las farmacias y estas al público en general.

No existe un solo culpable para este acontecimiento. Fueron muchos los factores que afectaron al aumento de los precios. Actualmente el Sedes sigue con las inspecciones en las farmacias para controlar y regular el dispendio de medicamentos y material de protección; esperando así que un día todo se regule.

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