La música tiene el poder de revolucionar la calidad de vida de las personas y son numerosas investigaciones las que avalan sus beneficios llegando a constituir así una nueva disciplina: la musicoterapia.
Pero en países como Bolivia todavía no se conoce mucho la musicoterapia, consistente en la aplicación científica del sonido, la música y el movimiento para tratar determinados trastornos en el ser humano.
La musicoterapia permite llegar el amor a la música en un contexto terapéutico. “Puede beneficiar a muchas personas, que tienen determinadas necesidades físicas, psicológicas o sociales. Para ello, el musicoterapeuta crea unas experiencias musicales orientadas a mejorar la salud, la expresión y la comunicación”, explica Miguel Ángel Divi Castellón, presidente de la Asociación para la creatividad, el arte y la terapia en España y director del Master en Musicoterapia de la Universidad de Zaragoza .
La musicoterapia en ocasiones se confunde equivocadamente con la educación musical o con talleres de sensibilización musical. También es un error creer que puede llegar a curar enfermedades como el cáncer. “La musicoterapia no consiste en recetas musicales o hacer conciertos en hospitales. Va mucho mas allá. Es un proceso en el cual la persona junto con su terapeuta marca unos objetivos consensuados para proporcionar salud mental y física al paciente” indica la psicóloga Isabel Bueso, profesora del citado Master de la Universidad de Zaragoza.
La AMTA (American Music Therapy Association) define la musicoterapia como la utilización científica de la música y todo tipo de experiencias musicales para restaurar, mantener, mejorar la salud física y psíquica de las personas.
Este concepto de musicoterapia y sus objetivos terapéuticos encajan perfectamente con la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), concebida como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente de la ausencia de la enfermedad.
Niños internados en hospitales
Thiago es un niño boliviano de 10 años que tiene amputada la pierna. María, su madre, cuenta la terrible realidad que está atravesando: “Él era un niño sano, le gustaba participar en danzas en el colegio. Ahora que se encuentra en esta situación, para mí es difícil afrontarlo”. Explica que su hijo tuvo esta fractura en el colegio y fue llevado inmediatamente al Hospital de Niños de Santa Cruz. Tras un mes de hospitalización y de realizar los análisis y estudios médicos pertinentes, los doctores tomaron la decisión de amputarle la pierna. Thiago fue intervenido quirúrgicamente para esta amputación, pero sufrió una fuerte infección tras la operación y días después lo trasladaron al Hospital Oncológico de Santa Cruz de la Sierra.
La implementación de la musicoterapia sería de gran ayuda para los pacientes que están hospitalizados como Thiago, para ello se precisa la intervención de un musicoterapeuta, con la indicación del médico y psicólogo.
“Un musicoterapeuta es aquel que conoce de música y conoce las técnicas de la terapia musical también va acompañado de un coterapeuta entre ellos dos se encargan de realizar las sesiones de los pacientes” explica Adonis Betancourt, docente de Ritmo y expresión, en la Universidad Evangélica Boliviana.
Instrumentos de ritmoterapia
Los instrumentos que se utilizan en musicoterapia en hospitales son conocidos como “set operativo instrumental de percusión”, según los nombra Eliana Castro, musicoterapeuta boliviana. Estos instrumentos de percusión son útiles, porque trabajan la ritmoterapia. “Son capaces de llevar de ritmo normal a nuestros ritmos biológicos internos y son de fácil manipulación para los pacientes”, explica el docente Adonis Betancourt. El tipo de música que se emplea en estas sesiones es variado, desde obras clásicas a música ecológica (sonidos de la naturaleza), dependiendo de lo que elija el musicoterapeuta. Algo importante: “En la musicoterapia no todo es música y sonido existe el diálogo no verbal que es un aspecto muy importante en los tratamientos” puntualiza este experto.
Beneficios de la musicoterapia
La musicoterapia ofrece múltiples beneficios, principalmente para facilitar la comunicación, promover la expresión individual o favorecer las relaciones sociales. Es cada vez más frecuente emplearla en terapias especializadas con niños y adultos que tengan algún trastorno.
“Trabajar con niños que sufren síndrome de Down y Autismo es muy beneficioso para ellos, la musicoterapia crea canales de comunicación, ayuda a su desarrollo integral y también ayuda a bajar su ansiedad hasta la calma”, afirma Eliana Castro, que actualmente desarrolla su actividad en el centro Neurocenter, en Santa Cruz de la Sierra.
Según apunta la psicóloga infantil María Luisa Ferrerós, en su obra Inteligencia musical, los principales beneficios de la música son: Mejora la condición motriz; Ayuda a controlar la ansiedad; Mejora el estado del ánimo; Fomenta el desarrollo del cerebro; Estimula la comunicación y la expresión de sentimientos; Favorece el desarrollo emocional y afectivo; Ayuda al desarrollo personal; Mejora la autoestima y Ayuda a resolver problemas emocionales.
La musicoterapia tiene aplicaciones diversas y se emplea de forma diferenciada según el tipo de pacientes. Así no se aplica igual en pacientes con cáncer que en personas con estrés, según explica el profesor Adonis Betancourt.
Investigaciones y los beneficios en enfermedades y trastornos
En el área neurológica la musicoterapia es de gran ayuda para pacientes de diversas patologías como el Alzheimer. Así lo ha demostrado una investigación realizada por la Universidad Católica San Antonio de Murcia (España), que lleva por título “Musicoterapia en la enfermedad del Alzheimer: Efectos cognitivos, psicológicos y conductuales”. Realizado por María Gómez Gallego y Juan Gómez García.
En los resultados obtenidos por este estudio, se observó una mejoría significativa de memoria, orientación, depresión y ansiedad en pacientes leves y moderados. Así como de los delirios, alucinaciones, irritabilidad y trastornos del lenguaje. En cuatro sesiones de musicoterapia ya se pudo comprobar el efecto sobre algunas alteraciones cognitivas, psicológicas y conductuales de estos pacientes con Alzheimer.
La música en graves dolencias
Uno de los síntomas motores que no responde a la terapia farmacológica ni quirúrgica en la enfermedad de Parkinson es el trastorno de la marcha, es en especial del denominado “congelamiento”.
Una investigación de la Universidad de Chile, realizada por el tecnólogo en Sonido y Musicoterapia, Marcelo Miranda, demuestra los beneficios de la musicoterapia en Parkinson y en el cáncer. Así, en el primer caso se comprueba que el uso de un metrónomo que marca ritmos, puede ayudar a compensar el síntoma de “congelamiento” en Parkinson.
Estas investigaciones también hablan del beneficio de la música para los enfermos del cáncer. Una revisión evaluó parámetros psicológicos y físicos en personas con cáncer, demostrando que la música puede tener efectos positivos en la ansiedad, ánimo, dolor y calidad de vida. Además, concluye que la música puede tener efecto en moderar la frecuencia cardiaca, respiratoria y la presión arterial de estos pacientes.
La docente de Musicoterapia de la Universidad de Zaragoza de España Isabel Bueso, nos brinda información de quienes pueden beneficiarse de musicoterapia.
La situación de la musicoterapia en otros países
En países más desarrollados como España, la musicoterapia está avanzada y existen 30 universidades que dictan la licenciatura y también la especialización o postgrado, tal como asegura Miguel Ángel Diví, director del Master en Musicoterapia de la Universidad de Zaragoza porque hay evidencias científicas de los beneficios que brinda la musicoterapia en la salud y eso motiva a que se implementen nuevos estudios y formación profesional.
En América latina existe el Comité Latinoamericano de Musicoterapia (clam) Es una organización científica cuya misión es aglutinar a países de latinoamericana, con el objeto de compartir entre todos las actividades musicoterapéuticas y científicas de investigación. Los países componentes son: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, cuba, Chile, Perú, Venezuela y Uruguay.
Argentina ha tenido un papel importante en la consolidación y desarrollo de la musicoterapia en América Latina. Fue en el año 1948 cuando profesores de Educación Musical la comienzan a aplicar en niños con discapacidad y en 1971 se realiza en Buenos Aires el primer Congreso Iberoamericano de Musicoterapia, con los primeros graduados universitarios argentinos.
En diciembre de 2005, se consigue un paso más en este país: el Congreso aprueba el proyecto de ley de ejercicio profesional de Musicoterapia. Eso significa un esfuerzo en conjunto para lograr el pleno reconocimiento de la musicoterapia en Argentina.
Silvina Rojo es una musicoterapeuta argentina que se formó en la Universidad de Buenos Aires, con la licenciatura en Musicoterapia y ha tenido la posibilidad de estar en Bolivia participando de congresos y diplomados y otras iniciativas de esta tema.
La musicoterapeuta Isabel Bueso, nos brinda información necesaria relacionado para quienes quieren formarse en musicoterapia y los lugares de trabajo donde se puede ejercer la profesión.
La situación en Bolivia
En el año 2006 se llevó a cabo un proyecto de intercambio entre profesionales de Suecia y Bolivia que trabajaban con la música como agente terapéutico. Ese intercambio logró enriquecer el desenvolvimiento individual en los diferentes centros terapéuticos y educativos mediante la apertura de nuevas formas de trabajo a través de la complementariedad ente el conocimiento científico y la experiencia empírica de ambas culturas. Tal como lo explica Ana Michel Torrez, que fue miembro del Comité Latinoamericano de Musicoterapia (clam).
En Bolivia existe una Asociación de Musicoterapia, que tiene base en la ciudad de Sucre, que anhela que exista una ley para aprobar la musicoterapia como una licenciatura.
La musicoterapeuta boliviana Eliana Castro, formada en Argentina, trabajó voluntariamente por dos años en Santa Cruz de la Sierra, en el Hospital Oncológico en Pediatría, y en el hospital El Bajío, durante la campaña de operaciones en traumatología. En estos dos centros, realizó musicoterapia y conoció a la reconocida pediatra Yolanda Ernst, quien actualmente continúa trabajando en el Hospital Oncológico por más de 45 años.
Yolanda Ernst logró presenciar los efectos de la musicoterapia en estos niños hospitalizados. “Recibían la musicoterapia, mientras la enfermera les colocaba un inyectable al brazo. Antes, para colocarles la aguja se tardaba demasiado y era complicado. Con la musicoterapia resultaba sencillo y mucho más rápido”, recuerda esta doctora del Hospital Oncológico y presidenta del Colegio Médico de Santa Cruz de la Sierra.
Eliana cree muy importante la divulgación científica de la musicoterapia. Por ello, ha presentado trabajos en diversos encuentros como el V Congreso Latinoamericano de Musicoterapia en la ciudad boliviana de Sucre y el primer congreso de Investigación en Musicoterapia en GIIMT en Portugal.
En la actualidad, Bolivia participa de congresos dictados por el comité Latinoamericano de musicoterapeutas. Y existe una institución universitaria, la Universidad Evangélica Boliviana, que a través de la carrera de Música ha diseñado un diplomado de musicoterapia, “Es algo nuevo que se desea implementar para formar adecuadamente a profesionales en musicoterapia, porque son múltiples sus aplicaciones” indicó Ingrith Limachi, jefa de la carrera de música en la Universidad Evangélica Boliviana.
La musicoterapia no es solo para personas que tienen una enfermedad mental o física. Todos podemos ser beneficiados, como el caso de Thiago y su madre, quien asegura que “solo recibe la visita de un psicólogo. No recibimos ayuda de musicoterapeutas, sería bueno para alegrar los días de niños y madres que sufrimos este tipo de situación”.
Reportaje digital realizado por Eva Natalia Mamani Choque, estudiante de comunicación de la Universidad Evangélica Boliviana editado por Rosa Castro, Periodista de Investigación Científica.