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REPORTAJE

Por: Maryam Gómez y José Manuel Quicano

La crisis pandémica del Covid-19 dejó a muchas microempresas prácticamente en la quiebra, sin embargo, algunos jóvenes impulsados por la necesidad se atrevieron a incursionar en el mundo de los negocios, valiéndose de las herramientas virtuales que se tienen hoy en día, aprendiendo a hacer publicidad por medio de videos tutoriales; videos promocionales, fotografías de producto, entre otros. Muchos tuvieron que aprender a elaborar sus productos sin tener un conocimiento de base y otros se esforzaron en mejorarlos para que sea del agrado de la clientela.

Fue así que surgió El Delicioso, una empresa virtual de repostería con la especialidad en brownies, a cargo Mariam Alexandra Ávila Ávila, una joven emprendedora de 18 años, estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UAGRM. El Delicioso arrancó a mediados de esta cuarentena en el mes de julio. Mariam creó la empresa porque su familia pasaba un mal momento económico. En medio de la pandemia cuando todos sus recursos se habían agotado, pensó en lo que podía hacer para ayudar a sus padres.

“En ese tiempo de la cuarentena nadie salía de sus casas y mis padres necesitaban dinero para cubrir las necesidades de mi familia. En ese momento se me ocurrió probar una receta de brownie que, hacia mi madre, recibí buenas críticas de parte de mis seres queridos, y fueron ellos mismos que me impulsaron a venderlo”, dijo Mariam.

Otra motivación que tuvo la joven para su emprendimiento fue la posibilidad de ahorrar y generar sus propios ingresos, y así cumplir uno de sus sueños, viajar al exterior cuando la cuarentena termine. “El segundo motivo se dio porque quiero viajar a distintos países, es algo que siempre soñé desde niña y qué mejor idea de ganar mi propio dinero para llegar a cumplir mis sueños”, agregó Ávila.

Las redes sociales tienen una gran influencia en este tipo de nuevos negocios, fue así que Mariam decidió ser autodidacta y aprender marketing y publicidad a través de las redes. “Cuando decidí que mi producto estrella serían los brownies, pedí prestado el celular a mi amiga para poder sacarle fotos, y luego editarlas para así subirlas a la página de Facebook y de Instagram que creé para mi negocio, y de pronto comenzaron a llegar los pedidos”, comentó Ávila.

Actualmente El Delicioso tiene un futuro prometedor, y a la vez es inspiración para muchos jóvenes que necesitan alguna fuente de ingreso.

Mariam Ávila, emprendedora.

Hay varios profesionales egresados de diferentes universidades, pero por la pandemia del Covid-19 no han podido conseguir un empleo en el trascurso del 2020, y por la necesidad de obtener un ingreso económico, decidieron abrir sus propias microempresas.

Rebeca Ruiz (23) es una profesional egresada de la Carrera de Nutrición en la Universidad Evangélica Boliviana, su emprendimiento está dirigido a ofrecer desayunos orgánicos o balanceados a los niños de diferentes unidades educativas. Debido a la pandemia tuvo que cambiar el enfoque de su empresa y elaborar otros productos orgánicos como ser: mermeladas, helados, galletas, crema de maní, entre otros.

Su negocio evolucionó por la necesidad de un ingreso económico para poder ayudar a sus padres con los gastos, “En mi casa somos cuatro hijos, como yo soy la mayor quiero dar el ejemplo a mis hermanos menores de poder ser personas emprendedoras y buscar cómo generar dinero”, dijo Rebeca.

 

Rebeca Ruiz, egresada de la Carrera de Nutrición.

La propietaria vio la oportunidad de darle un giro a su empresa debido a que las personas buscaban cuidar más su alimentación. Este cambio trajo un buen resultado para el negocio y se notó por la gran cantidad de pedidos que recibía a diario.

Ella tiene la mentalidad de convertir su pequeño negocio, Productos Orgánicos, en un gran catering a nivel nacional; aunque ahora no cuente con los factores económicos, no pierde las esperanzas de continuar hasta que su sueño se cumpla.

Damaris Choquetilla (22) es una estudiante de la Universidad Evangélica Boliviana, está cursando su último semestre en la Carrera de Nutrición y Dietética, inició su pastelería llamada El Cielo a finales del mes de mayo con el propósito de pagar su tesis porque su madre no tenía los recursos económicos para apoyarla.

Otra motivación que tiene es ayudar a su familia económicamente, puesto que el Covid-19 le quitó a su padre. “Gracias a la motivación de mi padre inició mi pequeña empresa, por eso es el nombre El Cielo, en honor a él que está allá arriba cuidando de mí y de toda mi familia”, dijo Damaris.

Esta micro empresa brinda una gran variedad de postres como ser: queques, pie de limón, rollos de canela, entre otras masas.

La joven quiere ahorrar lo suficiente con su emprendimiento para poder pagar la universidad, y al graduarse iniciar un nuevo proyecto junto a su empresa. Su anhelo es lograr que su pastelería sea una de las más reconocidas a nivel nacional, al brindar una calidad de atención única y personalizada cuando las personas degusten sus postres.

Estas tres emprendedoras dieron una lección de vida para toda la sociedad, demostrando que pueden iniciar cualquier negocio sin saber nada de cómo se manejan los temas del comercio y no tener recursos para cubrir su capital de trabajo inicial. Demostraron que los jóvenes sí tienen potencial para lograr lo que se propongan y así llegar a cumplir sus sueños.

 

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